El Salón de Juego

Por: Félix Fernando Ramos

Recuerdo haber visto en un periódico que se jugaba el torneo capitalino de ajedrez, decía que las partidas se desarrollaban en el salón de juego de la federación nacional, en alguno de los niveles altos del Palacio de los deportes, en la zona 5. Acudí a ver, por curiosidad, para saber cómo se jugaba el ajedrez de torneos, era yo un adolescente. A lo lejos tengo la imagen del salón y la disposición de las mesas, fue mi primer encuentro a otro nivel con el juego.

Algunos años después volví a buscar el salón de juego de la Federación Nacional de Ajedrez –FENADA–. Lo encontré siempre en el palacio de los deportes, era la temporada de vacaciones escolares de mediados de los 80s. A estas alturas de la vida las fechas exactas se escapan. El salón estaba en el sótano del edificio. Empecé a llegar por las tardes, después de salir de estudiar. Encontraba a los mismos grupos de jugadores, algunos de mediana edad, otros más viejos. Como no conocía a nadie solo me sentaba a observar, pasaron varios días hasta que me atreví a pedir juego. Para animarme a participar en tornes pasaron algunos meses. En ese sótano jugué uno de los torneos más divertidos que recuerdo, lo llamaron Maratón de ajedrez. Era algo así: los de mayor Elo se sentaban en unas diez mesas habilitadas para el efecto, los demás hacían fila para jugar contra los que ya estaban sentados, si ganaban se quedaban sentados y el perdedor pasaba a ser el último de la fila y a esperar un nuevo turno para jugar, se jugó así durante varias horas.

El ajedrez tuvo un lugar fijo hasta en 1986, cuando se inauguraron las instalaciones actuales. Fueron construidas con motivo de los III Juegos Deportivos Centroamericanos, llamados los juegos de la paz. A la FENADA se le asignó sede en uno de los nuevos edificios que se construyeron en las laderas contiguas al estadio Doroteo Guamuch. Era un enorme salón, de techo alto, dividido por unos pequeños muros blancos. Cuenta la leyenda que en los planos originales se consideró, por el terreno quebrado, hacer el salón en forma descendente. Al final aplanaron el terreno y a nadie se le ocurrió quitar los muros de contención y quedaron en el diseño final.

Salón FENAG previo a última remodelación. Foto tomada de la internet

La FENADA permanece desde entonces en el salón inaugurado en 1986. Se han jugado ahí torneos de categorías, abiertos, campeonatos nacionales, torneos internacionales, torneos de blitz y las chamuscas que distintos grupos arman al finalizar la tarde. Por temporadas el salón también ha quedado desierto, cuando las pugnas políticas se imponen. Es triste imaginar el salón vacío, sin jugadores que de forma irreverente interrumpen el silencio que debe imperar en el ajedrez. Pero las chamuscas son así, bulliciosas, contrario a lo que sucede en los torneos oficiales.

Con el paso de los años, aquel amplio salón de techo alto ha sufrido modificaciones, ahora se juega en un salón más pequeño, protegido por paredes y puerta de vidrio. En días de torneo los aficionados o acompañantes deben ver a lo lejos.

En las afueras del salón es común encontrar vehículos de burócratas que utilizan como parqueo la calle que circunda el estadio Doroteo Guamuch. Por el salón de juego de la FENADA han desfilado innumerables personajes cuyo paso queda para la anécdota o para la historia.

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